Señalaba el presidente del Gobierno de
España, en una reciente comparecencia parlamentaria, que una de las medidas
para la recuperación económica, era una revolución digital. Sin duda, el
ciudadano medio no encuentra el remedio a la actual situación de crisis sanitaria
en un puesto de trabajo en el que le dicen venga hoy y mañana ya veremos, en el
que todo lo más se le señala el teletrabajo, cuando no hay detrás una buena
preparación ni coordinación. Mientras tanto, observamos una progresiva destrucción
de empleo y de riqueza sin precedentes. Nadie se salva en esta situación, ni
tan siquiera aquellos funcionarios de vieja escuela, más cercanos a una dorada
jubilación tras un sinfín de años de dedicación y esfuerzo a lo público, ni tampoco
el abogado ni el procurador, que ven como los clientes tienen una cada vez
mayor dificultad en contratar sus servicios, aún cuando los mismos son ahora más
necesarios que nunca. Sin embargo, los efectos de una grave crisis sanitaria,
se expande por nuestra economía, y provoca nuevas formas de interacción social y
en el trabajo.
Los Despachos de Abogados
se han visto obligados a dar un paso hacia la digitalización, en aras a mejorar
el servicio ofertado. Un gran esfuerzo que trata de vencer las dificultades, cara
a evitar un posible contagio de coronavirus, y no bajar la calidad en la oferta
de servicios al cliente, que es la justificación de los Despachos. Así, han
sido distintos los frentes a los que se ha ido respondiendo por nuestro Despacho, y que queremos compartir con el lector:
(1) La digitalización, optando por medios
sencillos y extendidos en su uso, que permitan un contacto con clientes de
forma sencilla, como por ejemplo la aplicación WhatsApp Web, muy extendida en
su uso. Al fin y a la postre, podemos optar por el teletrabajo, pero existe el
peligro de extender el horario de trabajo más allá de un horario lógico, por lo
que debemos educar al Cliente en aras a la urgencia de su asunto, y a un
horario de atención por teléfono.
(2) Publicidad, tan necesaria para estar
posicionado en RRSS, con anuncios que definan de forma sencilla la carta de
servicios del Despacho, y que permitan conectar con potenciales clientes.
Supone un pequeño esfuerzo económico, unido a otras que ya estamos haciendo
(bases de datos, programas…), pero debe hacerse, dentro de nuestras posibilidades,
unido a una web corporativa de nuestro Despacho. En el Despacho, actualmente,
tenemos una campaña activa en Google Adwords con un pago tope mensual, y en
dicho anuncio hacemos un redireccionamiento a una web http://www.urbavital.com la cual, ya
muestra de forma más pormenorizada nuestra oferta de Servicios, y un mayor
control de contacto con el potencial cliente (se facilita dirección, correo
electrónico, teléfono del Despacho….).
(3) Tener un blog del Despacho, poder posicionarlo
y actualizar contenidos. Un servidor tiene un blog ( http://carlosminguezoliva.blogspot.com/
) desde el año 2012. Decir que, cuando comencé escribiendo en el mismo, lo
comenté con un buen colega y amigo, el cual, simplemente, me decía que era una
pérdida de tiempo. Escribiendo sobre el particular de delitos económicos, hice
varias publicaciones en el blog. Con el citado compañero, hicimos una colaboración
a través de una lectora de mi blog, la cuál nos supuso trabajo, y una
facturación compartida por ambos; todo lo cual hizo productivo económicamente
mi esfuerzo en el blog, cambiando la opinión de mi colega.
(4) Sobre el almacenaje y procesamiento de
textos, surgen las nubes, aunque yo recomiendo tener también una buena memoria
externa, sobrada de capacidad de almacenaje, y en la que podamos ir recopilando
como doble copia todos nuestros expedientes. A la vez, es habitual el implantar
un programa de gestión y contabilidad de Despachos. Dicho producto se ofrece,
conjuntamente, con Bases de Datos de distintas firmas dedicadas a documentación
y datos jurídicos (Aranzadi, La Ley, Francis Lefebvre, VLex, Tirant…). Todas son
buenas firmas, sin duda, y tienen bastante respaldo en un gran número de
doctrina de grandes autores y sentencias. Otra cosa es que el manejo de dichas
bases de datos nos sea más o menos sencilla, y para ello, no hay otra solución
que probar, e ir descartando, hasta dar con la que nos cuadre por calidad y por
precio. Sobre los programas de gestión, decir que suponen un gran esfuerzo a la
hora de introducir datos y documentos en cada expediente del programa de
gestión, si bien, son un archivador de gran ayuda, pero corremos un peligro
cierto, y es que el tiempo que empleemos en introducir datos, nos hará depender
del citado programa de gestión, esto es, depender del pago de una cuota mensual
del servidor o editorial jurídica propietaria del citado programa.
Personalmente, siempre trato de huir de un coste fijo, y más cuando soy
consciente de que me atrapa el mismo, como en este caso.
(5) Sobre las reuniones telemáticas o
videoconferencias, decir que son un adelanto. Las he visto sencillas hasta que
me tocó ser el organizador en una Junta de Delegados de una Entidad Urbanística
(Junta de Compensación), con cinco miembros de forma presencial en mi Despacho
y cuatro en remoto. Un totum revolutum, con varios vocales que hablaban de
forma simultánea tras sus mascarillas, miembros en remoto que no oían o que
mantenían abierto su canal de audio cuando no tenían turno de palabra, lo cual
distorsionaba el audio, etcétera…. En definitiva, una hora y media de estrés en
la sala de juntas del Despacho que al menos, me llevó a dotar dicha sala de
mejor equipo de cámara y micrófonos, optando por Microsoft Teams, aun cuando
muchas reuniones en las que participamos también sean a través de la plataforma
Zoom.
(6) Charlas telemáticas. He acudido
(conectado a través del ordenador) a un sinfín de charlas telemáticas (on line)
durante estos meses de crisis sanitaria: No digo que sean cursos, porque
considero que un curso supone algo más que una charla telemática, tal como
hacer un trabajo o un examen o control de conocimientos, pero dadas las
dificultades, estas charlas son muy necesarias ante el gran volumen legislativo,
y han irrumpido con fuerza, y creo que han llegado para quedarse, y son una
magnífica forma de publicitar los despachos, y una oportunidad de interactuar. Destaco
en estas plataformas de contenido, al Ilustre Colegio de Abogados de Barcelona
(ICAB) con lo que denominan “cápsulas vídeo formativas” en la que participan un
gran número de profesionales (abogados, jueces, fiscales, procuradores….),
muchas de ellas con la participación de su decana, doña María Eugenia Gay, lo
cual ha reportado un mayor prestigio tanto al ICAB como a su Decana. Destaca también, en menor
medida, el Ilustre Colegio de Abogados de Murcia (ICAMUR) que reaccionó a esta iniciativa
del ICAB, y lanzó las denominadas “píldoras formativas”. El acierto del ICAB
fue ser pionera, y hacer dichos vídeos abiertos a todo el público, y fácilmente
localizables a través de Youtube o Vímeo. Por contra, las “píldoras” del ICAMUR
debían de hacerse a través de la web corporativa, empleando una contraseña de
acceso, lo cual, dio una mayor difusión a los vídeos formativos del ICAB, lo
que también supone una amplia difusión y publicidad para los intervinientes en dichas "cápsulas".
(7) Sobre los pagos telemáticos (on-line),
destaco un cada vez mayor uso de plataformas de pago. En ello me llama la
atención como he podido hacer pagos (a la primera, sin dificultad alguna) a
organismos públicos como son la Seguridad Social, la Agencia Tributaria, o
servicios de recaudación municipales, mientras tanto, LexNet sigue llena de
dificultades, “colgándose” y con dificultad en las comunicaciones. Cuestión de
prioridades….
(8) Colaboraciones entre Despachos. Cada vez
más necesarios, ante la necesidad de tener un alto nivel de especialización, y
poder compartir sinergias de experiencia y conocimiento.
(9) Comercio digital. Se han creado términos
como la “uberización” de los servicios jurídicos (definir y cuantificar el
coste de servicios ofertados), el abogado “a golpe de un click” (trámites sencillos
y estandarizados, como reclamaciones a Bancos, abogados para asistencias
sencillas: alcoholemias, redacción de contratos simples….). Estos servicios se
extienden y suponen un ingente volumen de trabajo para muchos despachos. No es
el abogado dedicado a asuntos con mayor complejidad, al que poco a poco va desgastando
un sistema judicial lento y colapsado. Así, emerge el abogado “a golpe de click”,
y los grandes despachos On Line, en lo que se ha convertido en una nueva selva “Amazónica”….
(10)
Cercanía
al abogado, la familiaridad o conocimiento en reputación social del profesional
es importante, pero ya no lo es todo. Se abre el amplio espectro del actual
mundo jurídico, y debe llevar a una elección inteligente del profesional basado
en la especialización, éxito del mismo, y coste del servicio. Crecer en un mundo moderno y actual, es
exigente y también harto difícil, lo cual, debe llevarnos hacia un cliente
potencial, en el empleo de nuevas herramientas. Así, en un mundo cada vez más
digitalizado, y de inmediatez en la respuesta, se acude a la red digital o
internet para obtener una respuesta concreta a un asunto concreto. El cliente
-online o de la era digital, exige que se le diga coste y planteamiento del
asunto lo antes posible, y ante un asunto que no es en sí complejo, delegar el
asunto en un despacho, cuyos los honorarios profesionales quedarán fijados
antes de la contratación, y siendo por un servicio concreto.
Todo cambia, nos decía Heráclito
de Éfeso (“Nadie se baña dos veces en el mismo río”), pero hoy día es, si cabe
aún más, a un ritmo acelerado. Así, saber del uso de herramientas digitales,
crear un perfil en RRSS y una cartera de servicios de nuestro Despacho, es
necesario, implementando un concepto de Legal Project Management en la gestión
eficaz de nuestro Despacho.
Carlos
Mínguez Oliva, abogado del
Ilustre Colegio de Abogados de Murcia.- ICAMUR, con despacho profesional en
Murcia (C.P. 30.001), calle Marín Baldo, 1. 2º entresuelo.
Cita Previa 968355013 http://www.urbavital.com